Si si… esta fue mi primera experiencia como “profe” de Letras. Si bien yo había tirado las redes el año pasado, fue en febrero de 2010 durante una conversación telefónica con la profesora Peretti que me ofrecí para lo que pudiera necesitar en el taller inicial que todos los años el Rosario Vera Peñaloza dicta a los aspirantes de las carreras de los profesorados. Fue una combinación de la persona justa con el momento indicado. Así fue como comenzó la historia de un alumno de primero en el dictado de un taller inicial. La cosa devino en que el exceso de alumnos de inglés, (dispersos entre las aulas de las demás carreras) hizo que el Profesor Benites los agrupara en un sólo curso y me ofreciera la oportunidad de llevar el taller adelante. Imaginan mi respuesta…
Esto escribía yo en un tramo del informe que tuve que redactar al finalizar el taller: “…confieso que tuve un momento de lucidez cuando, al ponerme de cara a los chicos, me tomé diez segundos para tomar conciencia de lo que estaba por empezar. Quise retener esos instantes y grabarlos en mi memoria, porque estaba por dar el primer paso de algo largamente soñado. Sentí el corazón galopando, mucho vértigo y emoción. Al levantar los ojos, las caras de casi 20 chicos esperando mi primer palabra, un primer gesto. Recorrí cada mirada para ratificar –una vez más- que esto era lo que quería, que para esto debo seguir formándome, pero sobre todas las cosas, que es esa mirada la que justificará de aquí en mas, cada hora robada al sueño.”
Todo esto sucedió en el mes de marzo de 2010 y no podía, obviamente, dejar de escribir sobre ello. Como tampoco no recordar a los que me ayudaron de una manera o de otra.
El día de la foto (previo al examen) estaban a mi izquierda Sole Cabrera, Gabriela Gattoronchieri, Lourdes Barrere, Vanesa Baldrich. Y a mi derecha Emilse Pedro, Ruth Ramos y Robertito Dávila. Los que faltaron (asumo que se quedaron estudiando…) Cristian Maciel, Mara Barboza, Marina Aguirre, Silvia Bonamino, Sole Baldrich, Verónica Quintero, Sabrina del Gesso (que se pasó a Letras) y Melina Vargas. Quedan todos ellos en mi memoria y para siempre con un afecto especial. No sólo porque fueron los primeros, sino porque también me hicieron entender que uno siempre está aprendiendo.